sábado, 3 de septiembre de 2011

¿SABÉIS LO QUE ES UNA BARBARIDAD???

59 Km y 10.000m de desnivel acumulado en menos de 6 días! Esto ha sido en Alpes, la travesía del Monte Rosa.
Aunque para Xavi Metal, la frase es suya, una barbaridad es su miembro masculino, no paraba de repetirlo y si insistía tanto no lo vamos a dudar. Frases como “¿Queréis ver algo grande?” “¿Como tienes el labio?” ( Me lo había quemado por el sol) y a mi respuesta de bien, me respondió, “¿Y el superior?”…este es Xavi Metal, en su estado puro. Dinamita en la montaña dinamita en el plano personal. Junto con Oscar y Conrad eran los tres grandes jefes de la montaña y nosotros los pequeños saltamontes. Oscar fue un verdadero ángel en toda la travesía, que si ponte crema, que si a dormir, que comas, que bebas…muchas gracias por cuidarme, por cuidarnos, sin vosotros esta gran aventura no hubiera sido ni posible, ni igual.

Así que allá, a los Alpes, nos fuimos el equipo A del club, Josep Serra, el “A poc a poc” esto empezó a decirlo en mitad de una pendiente “ligeramente” vertical con mi consiguiente corte de respiración, Ramón Poch, el caballero español, perdón, catalán, siempre estaba ahí para hacerme un cumplido, Pere Figuerola “Vull fer una foto”, aunque estuviéramos atravesando un serac, se tumbaba si hacia falta con tal que la foto saliese bien, Javier Ballester,” El cumplidor” dijo que enviaría las fotos a todos y lo ha hecho, Jordi Pinyol “Dejadme solo que subo”, esto lo dijo en los últimos 50 m de la cabaña Margarita, poniéndonos a todos los pelos de punta, Pepe Isla“ El Recuperation”, sus bebidas energéticas eran mano de santo, Paco Alejandre “El matemático”, de repente te decía “Ya tengo la ecuación” de lo que quisieras te sacaba ecuaciones, Jordi Viader, “el buen conversador”, el único que me aguanto una madrugada que no podía dormir una charreta de política, todo un caballero, Conrad “El superguia” pues iba dejando huella con su propia sangre, de las ampollas que le salieron en la boca debido a las quemaduras y yo Esther, la única chica entre tanto machote y a la vez tanto caballero y por supuesto Oscar, the Boss y personalmente mi ángel de la guarda.


Día 1 Objetivo Zermatt, casa de la madame.

Dicho así, puede sonar un poco alegre, pero no es lo que parece, frase recurrente lo sé, pero es así. Fuimos a dormir a un hotelillo que regentaba una señora muy amable, la madame, y desde allí efectuamos la salida hacia las montañas al día siguiente.

Día 2 Breithorn oriental (4141m), occidental (4165m)y refuge Guide d´Ayas (3500m).

Fue nuestro primer día de aclimatación y cumplimos! Los dos Breithorn genial, la aventura fue llegar al refugio, teníamos claro donde estaba, pero claro no vimos el camino pues el cielo se cerró y no se veía a un metro, el paisaje había cambiado, había grietas donde antes no había y literalmente parecíamos "Gorilas en la niebla", subiendo , bajando, el GPS que no se centraba, la brújula tampoco, grietas a un lado, grietas a otro, la cuestión era encontrar el camino más seguro…de repente vimos lo que parecía un ser humano, resulto ser un italiano que iba con dos más, Claudio, parecía convencido y convincente pues era un tío muy grande y allí fuimos todos, pero cuando vimos que el supuesto camino al refu incluía un posible rapel por una grieta, dedujimos que el italiano se había equivocado y cuando sugirió con firmeza otro camino, nos hicimos los suecos. Finalmente el seny catalá de Oscar nos hizo encontrar el camino más facil a un refugio escondido entre la niebla y camuflado entre las rocas.
Llegamos al refu cuando iban a servir la cena y nos metimos entre pecho y espalda unos macarrones de carton que nos resultaron buenísimos. Siempre llegábamos a todos los refus a punto de servir la cena, era llegar y a toda prisa quitarse los crampones, el arnés, la mochila, la chaqueta…y corriendo al comedor, éramos la expedición “in extremis”, hay que decir, que durante las travesías nos reíamos mucho, hacíamos guerras de nieve, parábamos a comer las delicias de chocolate de Josep y quizá eso, solo quizá, hacía que llegásemos a mesa puesta, pero que nos quiten lo “bailao”.

Día 3 Refuge Guide d´Ayas (3500) – Refuge Quintino Sella (3585m)

La idea original era ir al Quintino haciendo la cumbre del Castor, pero al amanecer hacia tanto viento que la mejor opción fue comer más todavía y jugar al mus. Finalmente a eso de las once de la mañana, cuando ya habíamos agotado todos los chistes y nos habíamos comido todas las latas de pate, se decidió ir al Quintino por abajo. Así pues, bajamos hasta el final del valle para después empezar a subir, aproximadamente unos 1500m de desnivel acumulado en una jornada. La arista final que llega al refugio, espectacular, extenuante, larga y rocosa pero grandiosa. Una jornada bellísima. Todos nos felicitamos, Xavi Metal en lugar de darme un abrazo me tiró del arnés, él es así.
Un refugio, el Quintino Sella, estuvimos dos noches, donde hubo brindis con vino mirando el Lyskamm, abrazos, risas, confesiones, alegría, madrugones, a las cuatro el desayuno, miradas cómplices…

Día 4 Quintino Sella – Lyskamm occidental (4479m)unos, Castor (4221m), otros.

A las 4 del día 4 desayunando tostadas con mermelada. Nuestra cordada liderada por Oscar, estaba formada por Josep Serra, Paco, el matemático y yo, decidimos hacer el Lyskamm, pues ya habíamos hecho el Castor con anterioridad y las otras dos cordadas lideradas por Xavi “el guía obsexo” y Conrad, se fueron a la cumbre del Castor, quedamos en vernos en el refugio Quintino.
La ascensión del Lyskamm era exigente, la arista afilada, la frase estrella fue “Cuerda tensa”. La meteo fue muy benévola con nosotros, pudimos disfrutar de unas vistas espectaculares y de una ascensión severa pero disfrutona.
Los del Castor triunfaron y disfrutaron. Esa noche todos dormimos felices y satisfechos.

Día 5 Quintino Sella – Naso del Lyskamm (4272m)- Cabaña Margarita(4559m).

El paso del Naso fue una mezcla de trepada con piolet, reuniones con vagas y friends, tornillos de hielo y algún que otro suspiro. Todos eran una panda de titanes, titanes que se comían la montaña, que subían por donde fuese y como fuese.
Hicimos una parada técnica al acabar el Naso y allí fue donde a Oscar le apareció el chaval de quince años que lleva dentro y empezó una batalla de nieve. En ese momento no parecíamos aguerridos montañeros, sino chavales felices con nuestras botas viejas y usadas. El mundo pareció detenerse en Alpes, reíamos y fuimos muy felices.
Una vez repusimos fuerzas más con los chistes de Xavi que con las avellanas, empezamos el ascenso a la cabaña Margarita. Las vistas debían ser fabulosas pero nosotros no vimos nada, niebla, niebla y más niebla, no se veía a un metro, hasta que no tuvimos el refugio delante nuestro no lo vimos.

Más abrazos y más felicitaciones por lo que había sido una jornada de doce horas exigentes.
La estrella de la cabaña Margarita fue el palo del wc, al no haber agua, tenías que empujar con un palo hacia el agujero de la letrina lo que allí depositases. Todo un ritual.

Día 6 Cabaña Margarita- Zermatt

Por la mañana, mas niebla y cuando decidimos salir porque parecía que se abría el cielo, corriendo nos equipamos y ya dispuestos a bajar, nos grita el guarda, “Adentro que viene un helicóptero” acto seguido todos andando como podíamos con los crampones puestos por el balcón del refu, apiñándonos para no molestar el aterrizaje espectacular que hizo el piloto delante de nuestras narices, se llevaba a un montañero que sufría un cuadro de mal agudo de montaña.
A la bajada si pudimos disfrutar del paisaje pero tampoco mucho, porque el glaciar estaba lleno de grietas y la frase “Cuerda tensa” ahí fue donde se inmortalizó.
En una parada hicimos la ya clásica “Tirada del piolet”, consistía en tirar el piolet al aire y al que no se le clavara de pie pagaba las cervezas, a todo el mundo se le clavó, curiosamente.
Llegamos a Zermatt cansados pero habiendo disfrutado de unas vistas espectaculares, agradecidos a Oscar, Conrad y Xavi por la aventura, emocionados de lo que habíamos hecho, ilusionados por los que nos habíamos conocido , tristes porque se acababa, afortunados por los suelos que habíamos pisado, a todos esta travesía nos tocó el corazón y nos unió para siempre.


Esther Ginés, gracias Oscar, gracias chicos.

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